
Tiene (Calderón) sobre sus espaldas el desastre financiero con carestía y más miseria con mayor desempleo, hambre e incremento de la violencia; el estruendoso fracaso de su guerra contra el narcotráfico y los miles de muertos".
Sabemos del obsequio de una Hummer para cada representante estatal del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación por parte de la líder vitalicia, Elba Esther Gordillo, que al volverse escándalo periodístico incontenible, deciden convertirlo en donativo para rifarse a favor de escuelas pobres, pero sin borrar la huella de acuerdos siniestros entre la derecha encabezada por Felipe Calderón y las mafias sindicales sostenidas contra la patria.
Está en juego el proyecto de Alianza para la Calidad de la Educación que pulveriza derechos sindicales y pone la educación a merced de ayuntamientos y padres de familia sometidos al control del Gobierno, empeñado en la privatización y planes de estudios contrarios al espíritu laico, donde se tenga por héroes a los mártires cristeros caídos contra el cierre de los cultos y el reparto de las haciendas y por buenos ciudadanos los esforzados defensores de patrones, sus salarios, sus jornadas, ajenos a todo reclamo, protesta. Devotos guadalupanos, zapopanos, talpeños, sanjuaneros, porque es la única libertad de la derecha y el único alcance de los fundamentalistas yunkes.
Está claro esto de la tenebrosa alianza cuando por una parte la Gordillo entrega las Hummer en señal de "vean quién manda en el sindicato y cómo les va bien conmigo" y por otra parte su socio de la causa nacional de la educación ordena el despliegue de Fuerzas Armadas contra disidentes de Elba Esther en Morelos, para que esté claro a lo que le tiran los que no estén de acuerdo.
Y como el asunto promueve escándalo en los medios, incluso comprometidos, ordinariamente vendidos, sucede otro paso mal dado por Felipe Calderón, que no ha podido dar uno solo desde el ascenso al poder defraudado en buen lugar. Cuando no resbala se da el perrazo sin lograr la compasión del pueblo ni con las cejas levantadas o la expresión de derrota que por vergüenza debiera renunciar cuanto antes.
¿Con qué cara dará Calderón una explicación a la nación sobre las Hummer compradas con el dinero del pueblo, igual que la brutalidad de la fuerza pública de su responsabilidad contra profesores y la población en Xoxocotla, Morelos? Tiene sobre sus espaldas el desastre financiero con carestía y más miseria con mayor desempleo, hambre e incremento de la violencia; el estruendoso fracaso de su guerra contra el narcotráfico y los miles de muertos, el polvorín de la "Reforma petrolera" terco a detonar al ¡cuz, cuz! De los que lo patrocinaron para subir ilegalmente al poder de la nación.
Nada le ha salido bien, seguramente porque no empezó bien. Tiene marca de un destino de desastre que no merece México. Más que una amenaza se ha vuelto desgracia nacional. ¿Por qué tenía que desplomarse el imperio financiero del mundo en el tiempo de su ilegítimo mandato? ¿De dónde el enorme poder de respuesta de una delincuencia que no pasaba de intimidar indefensos en los pueblos sin llegar al degüello, ni el terror que fueron privativos de judiciales, militares o cuerpos policiacos como en Acteal, Aguas Blancas, Tlatelolco, Oaxaca, Atenco?
Nadie en buen juicio quiere una violencia del pueblo y los fundamentalismos del dinero egoísta con poder espurio no dan señales de reflexión y menos de rectificación. No aprenden con tantos y tupidos fracasos. Nos llevan al abismo ¿qué hacer?
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